 |
| Foto: Wendy Pérez |
Tras
las Rejas
Vives tu vida temiendo, corriendo, escondiéndote,
asegurando tus puertas, asegurando tu vida, asegurando tu casa, con llaves y
candados para hacer tu vida más segura. Al final de tu día caes a cuenta que lo
único que haces es vivir en tu propia cárcel, una cárcel que tu construiste por
temor a los demás sin saber que al llegar al cementerio y tu cuerpo no sienta
más, tus piernas dejen de moverse para correr a la libertad terminarás en una
cárcel mas temiendo una vez más de los vivos y no de los muertos.
 |
| Foto: Wendy Pérez |
La mejor fotografía para describir el documental, con 5 candados todos con cadena que resguardan una imagen de Cristo Crucificado librandolo de los vivos.
 |
| Foto: Wendy Pérez |
 |
| Foto: Laura Gonzalez |
 |
| Foto: Laura Gonzalez |
 |
Foto: Wendy Pérez
|
 |
| Foto: Wendy Pérez |
 |
| Foto: Wendy Pérez |
 |
| Foto: Wendy Pérez |
¡¡QUE
DIOS NOS LIBRE!!
Recorriendo las calles y avenidas del muy
tranquilo y pasivo cementerio San Lázaro en La Antigua Guatemala, se puede sentir la tranquilidad y
silencio, pero no el silencio incómodo si no un silencio de paz y tranquilidad, viendo así nichos con grandes
cruces muy decoradas, adornados hasta por los balcones de flores, mientras
otros que las hojas y rosas secas que han perdido sus pétalos son la señal que
algún día ese difunto tubo quien lo visitara….
 |
| Foto: Laura Gonzalez |
 |
| Foto: Wendy Pérez |
 |
Foto: Laura Gonzalez
|
 |
| Foto: Wendy Pérez |
 |
| Foto: Laura Gonzalez |
 |
| Foto: Laura Gonzalez |
LOS SOLITARIOS
El recorrido nos pareció muy solitario pero dos
testigos silenciosos nos mostraron lo desolado que puede ser uno de ellos, un
pequeño arbolito de flores amarillas sin una sola hoja, con palo seco y
alargado como un chirivisco, en medio de la nada a sus pies sus únicos vecinos las
tumbas a su alrededor, el pequeño árbol pareció ser el alumno de aquel inmenso árbol
que igual de seco sin ni una sola hoja solo unas pequeñas flores rojas que le
adornaban colgando de alguna manera. Sin embargo ninguno de los dos se veía
marchito, estaban ahí de pié vigilantes ofreciendo sus flores a aquellos que no
han de ser visitados, en silencio envejeciendo, observando los solitarios.
 |
| Foto: Laura Gonzalez |
No hay comentarios:
Publicar un comentario